A modo de despedida

 

Siguiendo con la presentación del folleto de premios, a continuación el texto de Ernesto Gonzalez.

A MODO DE DESPEDIDA

Hoy quiero expresar el significado que para nosotros tiene esta despedida. Consideramos que esta separación no es, como podría pensarse, una separación completa, sino mas bién un paso necesario en nuestro período de desarrollo personal y social, caracterizado por una maduración de los ideales cristianos que aquí se nos han propuesto, y un enfrentamiento con estos ideales a un mundo convulsionado.
Esta orientación la vemos como fruto del caracter cristiano de este colegio y dada fundamentalmente en dos aspectos: primero, la formación cristiana básica, aspecto que podríamos llamar religiosopersonal, y, en segundo término, la manifestación (le esa formación en el ámbito en que nos toque vivir. Esta manifestación debe ser un pensamiento, una acción, un cambio social. 

Porque ya no se trata de formar personas que tengan como meta el éxito dentro de un cuadro de estructuras tradicionales, sino trabajar por la transformación del orden temporal, y poner al servicio del pals sus capacidades profesionales con fines de servido comunitario.
Esta formación que creemos debe ser impartida en un ambiente comunitario, la hemos adquirido en una atmósfera de familia, una de las características que hacen de este colegio algo muy especial: un segundo hogar. Pero ha llegado el momento de subir otra grada en la escala de la vida: debemos salir de la seguridad de este hogar y enfrentar un mundo especial, un mundo en cambio, un mundo en crisis. Nuestro próximo peldaño, la universidad, es precisamente símbolo de esa crisis y motor de cambio social, allí debemos estar profundamente comprometidos con la sociedad, como expresión de amor cristiano. De allí la ineludible necesidad en un colegio cristiano hoy día de formar integralmente a todos y cada uno de sus alumnos, necesidad que aumenta a grandes trancos con el transcurrir del tiempo.
Nosotros hemos sido educados dentro de esa línea, y es precisamente eso lo que queremos agradecer a todos aquellos que han contribuido a nuestra formación. Creo que la mejor forma de agradecimiento que nos cabe dar es comprometernos a quedar, según la línea del colegio, “avocados a la ardua y noble tarea de ser hombres” en una sociedad comunitaria en proceso de transformación de sus estructuras.

Ernesto González Jungebloedt

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